¿Quién dice que los perros tienen que comportarse como tales? Tally es una hermosa perrita raza Husky con un extraño y adorable comportamiento: ella cree que en el interior, es un gato. Y esto lo demuestra con las curiosas actitudes que verás a continuación.
Durante sus primeros años de vida, Tally vivió en una casa rodeada de felinos. Estos minimos prácticamente la criaron y de ellos, fue que obtuvo sus primeras señales de aprendizaje. No obstante, nadie sospecharía hasta que punto se vería influenciada por la conducta de dichas mascotas. A los dos años, la perrita fue adoptada por una nueva dueña y llevada a un hogar diferente.
Y fue cuando todo comenzó.
Su ama no sabía nada respecto a la antigüa vida que había llevado Tally, por lo que pronto empezaron a extrañarle los curiosos hábitos que mostraba. El más notorio de ellos fue su obsesión por las cajas, en las que gustaba de meterse y ocultarse al igual que lo hacen los gatitos. La mayoría de los perros no se sienten a gusto en lugares pequeños y oscuros, pero ella los prefiere a los exteriores.
Sin embargo las cajas solo fueron el comienzo. Tally también demostró otras señales inequívocas de su espíritu felino, como pasar horas echada cómodamente en los sillones de la casa.
O tumbarse justo en medio de las escaleras, bloqueando graciosamente el paso de los habitantes.
Tally también gusta de sentarse debajo de la mesa igual que los gatos, con sus patitas recogidas y mirando hacia arriba. Su dueña incluso ha dicho que cuando juega con su pelota, la pasa mejor entreteniéndose sola que con compañía, pero aun así es muy afectuosa.
También acostumbra sentarse fuera de la ventana y observar el paisaje de manera vigilante. Prefiere estar dentro de casa que salir a correr.
¿A qué es adorable?