La historia está llena de hechos insólitos que tal vez, nunca seremos capaces de explicarnos. Uno de los más curiosos es aquel protagonizado por el rey Carlos VI de Francia, quien padeció un extraño trastorno psiquiátrico llamado Glass Delusión o Ilusión de Cristal, mismo que surgió entre los siglos XV y XVII. El monarca se convirtió en uno de los afectados más famosos que lo padecieron.
Dicha condición se caracteriza por la férrea creencia de que quien lo padece, está completamente hecho de vidrio. Algo que pronto desató la paranoia del rey, llevándole a tomar medidas extremas para evitar “ser destrozado” literalmente.
Carlos VI tomó la costumbre de llevar encima ropa especialmente reforzada, para protegerse de los accidentes que pudieran quebrarlo. De la misma manera, se negó terminantemente a ser tocado por la gente, llegando a enfadarse prácticamente por nada con todos los que le rodeaban. Su psicosis alcanzó niveles insoportables.
Uno de sus ataques más recordados fue el que protagonizó cuando asesinó a uno de sus hombres, acusándolo de traidor. Y todo a partir de que se le dijera un leproso que de repente apareció entre los árboles.
No obstante, allí no se detuvieron las exageradas acciones del gobernante.
Se enojaba por nada y en su afán de protegerse, descuido su higiene personal. Cada día, los sirvientes debían cortar su ropa para poder vestirlo. Llegaba a quedarse completamente inmóvil por horas y cuando alguien le preguntaba cual era la razón, él simplemente respondía que era porque estaba hecho de vidrio y podía llegar a romperse.
Tras su muerte, en el año 1442, no se dejó de observar esporádicamente la enfermedad. El trastorno llegó a presentarse numerosas veces en distintas personas, tanto así que llegó a convertirse en parte de la cultura popular.
Miguel de Cervantes se basó en ella para escribir una obra teatral.