En el mundo felino, mucha gente suele bromear diciendo que los huesos de los gatos no existen y que los coños son de goma. La anatomía de los gatos está llena de misterios: se estiran, saltan y pasan por todos los sitios que nos hacen dudar de si realmente tienen todo en su sitio. Lo cierto es que los gatos tienen 245 huesos (39 más que los humanos) que, combinados con una musculatura poco habitual, garantizan la flexibilidad del animal.
Por desgracia, muchas enfermedades óseas pueden acabar afectando a nuestras mascotas, como la osteocondromatosis y la artrosis.
Las enfermedades óseas en los gatos pueden no ser perceptibles en el día a día
Las patologías óseas son comunes en los gatos y el diagnóstico no siempre es fácil al principio del problema. La identificación de trastornos ortopédicos en los gatos suele pasar desapercibida para los guardianes. Se pueden observar algunos signos, como movimientos más lentos al caminar, dificultades para sentarse y levantarse, resistencia para subir y bajar de los lugares habituales y cambios de humor.
Algunas razas de gatos tienen un mayor riesgo de presentar trastornos ortopédicos. Destacan las razas Maine Coon, Bengala, Manx, Aby, Scottish Fold y Siamés.
¿Cuáles son las enfermedades más comunes que afectan a los huesos de un gato?
Los felinos pueden verse afectados por una gran variedad de enfermedades del sistema musculoesquelético. En particular, las más comunes son: la enfermedad articular degenerativa (artrosis), la displasia de cadera, la luxación de rótula, la displasia y la fractura fisiológica de la cabeza del fémur y las fracturas en general.
Además de estas alteraciones, también encontramos enfermedades del desarrollo, como la osteocondromatosis, la osteomielitis, las osteopatías nutricionales y hormonales y las neoplasias (tumores). Para entender mejor cómo afectan las enfermedades óseas a los gatos, a continuación se explica con más detalle las más comunes entre ellas.
- Enfermedad articular degenerativa: La enfermedad articular degenerativa (EAD), también conocida como osteoartritis, es una enfermedad crónica que daña el cartílago y los tejidos que rodean la articulación, provocando dolor, rigidez y pérdida de funcionalidad.
- Displasia de cadera: La displasia de cadera es una malformación de la articulación de la cadera, en la que la cabeza del fémur no está correctamente unida al acetábulo, lo que provoca inestabilidad articular. Esta inestabilidad dificulta el movimiento, lo que puede provocar dolor y pérdida de funcionalidad.
- Luxación rotuliana: La luxación o inestabilidad rotuliana es el desplazamiento de la rótula de su posición normal, causando dolor, hinchazón en el lugar e inseguridad al apoyar la pierna.
- Displasia y fractura fisiológica de la cabeza del fémur: La fractura fisiológica de la cabeza del fémur es la falta de calcificación de la línea de crecimiento del hueso a la edad adecuada, dejando el hueso susceptible de sufrir fracturas.
- Osteocondromatosis: Las osteocondromatosis son nódulos resultantes de un crecimiento excesivo del hueso. En los gatos se relaciona con la leucemia felina y el fibrosarcoma.
- Osteomielitis: La osteomielitis es una infección ósea que causa inflamación y las causas más comunes son las fracturas abiertas y la exposición prolongada del hueso.
- Osteopatías nutricionales y hormonales: Una disfunción nutricional u hormonal, como el hiperparatiroidismo, puede provocar osteoporosis, deformaciones óseas de las vértebras y articulaciones.
- Tumores óseos: El osteosarcoma es el más común y se puede diagnosticar mediante exámenes de imagen y junto con el veterinario seguir la conducta de tratamiento.
¿Cómo prevenir enfermedades óseas en los gatos?
Algunas enfermedades óseas de los gatos pueden prevenirse con unos cuidados sencillos pero constantes. Un papel importante en la prevención es una dieta equilibrada, el control del peso y la gestión correcta de la actividad física. Es muy importante que el gato haga ejercicio a diario y una buena forma de conseguir este objetivo es crear un entorno saludable y cómodo para la mascota. Una buena idea es promover la catificación de la casa. También es importante estar atento a cualquier cambio en el comportamiento del animal para poder identificar a tiempo una enfermedad ósea en los gatos. Al notar cualquier comportamiento diferente al habitual, reticencia a jugar, dificultades para sentarse y subir a lugares que eran habituales, cambios en la marcha, consultar al veterinario.
¿Cómo diagnosticar y dar tratamiento?
Cuando se sospecha de una enfermedad ortopédica, el tutor debe llevar a su gato a la evaluación del veterinario. La historia del paciente y los exámenes (físicos y complementarios, como las radiografías) son fundamentales para llegar al diagnóstico preciso.
El tratamiento variará según la lesión y su grado de compromiso. En algunos casos, la intervención puede ser quirúrgica. Puede estar indicada la fisioterapia y la acupuntura, así como el uso de protectores articulares, antiinflamatorios y analgésicos. Los gatos son animales independientes, pero necesitan cuidados, observación y supervisión como todas las mascotas. Si nota algún comportamiento diferente en su gatito, busque un veterinario de su confianza lo antes posible.