Días atrás te mostrábamos la calle más empinada del mundo en Nueva Zelanda. Hoy nos topamos con otro curioso descubrimiento y sin lugar a dudas, no apto para quienes sufren de vértigo. Se trata del puente japonés Eshima Ohashi, catalogado como el más inclinado en el mundo por su increíble altura y el ángulo que forma con respecto al suelo.
Dicho puente cuenta con 1,7 kilómetros de longitud y 44 metros de altura en su punto más alto. Subir o bajar por él, es prácticamente lo mismo que viajar en una montaña rusa convencional, pero los conductores de la zona ya se encuentran más que habituados a transitar encima.
Claro que un conductor principiante podría tener serias dificultades al arribar por el Eshima Onashi, ya que el tráfico no para nunca y no es conveniente detenerse a la mitad del trayecto. Quienes teman a las alturas, también deberían abstenerse de seguir el camino de esta construcción tan peculiar. La razón de que haya sido levantada de esta manera es simple; por la calle suelen pasar vehículos de transporte de cientos de toneladas y como el puente no es levadizo, de alguna forma tienen que pasar.
Impresiona ver las imágenes pues ciertamente, el recorrido tiene que ser algo complicado.
El Eshima Ohashi ha sido catalogado como el tercer puente más largo en el planeta y en Japón, ocupa el primer puesto.
¿Te imaginas quedarte sin frenos en la cima de este puente?