¿Quién dice que los funerales no pueden tener un toque divertido? Si bien son ocasiones tristes y que deben tratarse con el debido respeto, no hay como homenajear a nuestros seres queridos con esas cosas que tanto disfrutaban en vida y eso, fue justamente lo que ocurrió en esta emotiva ceremonia, que se llevó a cabo en Luton, Inglaterra.
Lorna Johnson tenía solamente 56 años pero llevaba tiempo luchando en contra del cáncer. Finalmente, la enfermedad pudo más y ella falleció después de nueve largos meses, dejando un vacío muy profundo en sus hijos y nietos.
Ella era una auténtica fanática de las fiestas y Halloween era su festividad favorita. Solía decir que ella misma era una bruja blanca, le gustaba el tarot y todo lo que tuviera que ver con hechizos. Era una persona muy alegre que a pesar de tener que luchar con una enfermedad terrible, siempre tuvo ánimo para celebrar.
Es por eso que sus hijos quisieron hacer algo muy especial en sus funerales y despedirla con estilo.
Varios asistentes acudieron luciendo disfraces como el de Beetlejuice o el demonio de Tasmania. A algunas mujeres se les pudo observar vestidas de brujas y el director de la funeraria se disfrazó nada menos que de Darth Vader y camino al frente del vehículo que transportaba el cuerpo de la difunta.
Las sorpresas no se acabaron allí puesto que durante el evento se tocaron canciones de Dolly Parton y también rock independiente. Neil Johnson, uno de los hijos de Lorna, explicó lo siguiente a un periódico local:
«Mi madre siempre decía que había que celebrar, que era necesario hacer fiestas. Así que no vamos a quedarnos sentados en su despedida, sintiendo lástima por nosotros mismos. A ella no le habría gustado eso».
Y ciertamente, lo más bonito es recordar a alguien con felicidad y no con tristeza.